Es curiosa la manera en la que este libro cayó en mis manos: una aburrida tarde de verano me encontré en frente de un montón de revistas y una de ellas traía esta obra de regalo, con el fin de atraer a más lectores... (aunque a veces son más los regalos que el contenido de las publicaciones, todo hay que decirlo) Bueno, a lo que íbamos...

Junto con Cela y Delibes, Laforet comienza una nueva etapa en la literatura española de la posguerra, la etapa denominada con el término taurino de Tremendismo, caracterizado por mostrar algunas de las características "más bajas" de los seres humanos.
La novela que vamos a comentar, Nada, fue galardonada en el año 1944 con el Premio Nadal y es la única de especial importancia en la bibliografía de su autora: Carmen Laforet.

Andrea, la única protagonista, comienza el relato con su llegada a la calle Aribau de Barcelona, donde, impaciente e ilusionada, espera ver a su familia. Sin embargo, las cosas allí no son como esperaba: su tía Angustias la tiene totalmente controlada, las riñas entre Juan y Gloria son constantes, la abuelita está muy demacrada... El único que permanece relativamente "ausente" es su tío Román, hermano de Juan, que la invita a escuchar su música y a fumar cigarrillos.
Al comenzar la universidad conoce a una muchacha llamada Ena con la que llegará a pasar muchos grandes momentos. Su tía Angustias, pese a los rumores de que fuera la amante de un distinguido personaje, deja la casa y se va a un convento de clausura, su verdadera vocación. Ena y Andrea se distancian, por un asunto pendiente que tiene la primera, que por cierto, últimamente se veía mucho con Román.
La protagonista conoce a Pons, que la lleva a conocer a un grupo de jóvenes en el que destaca un pintor bohemio. Tras hablar con la madre de Ena, Andrea decide ayudar a su amiga, pero pronto verá que su auxilio será más de lo que ella creía...

Es un libro ameno, sin complicaciones aunque con cierto suspense por averiguar qué es lo que trama Ena y algo angustioso debido a la situación personal de Andrea. No obstante, es muy realista, -de ahí que llegue a considerarse como autobiográfico-. Es sumamente fácil que en una familia de la posguerra española el pan sea escaso, los maltratos constantes y el ambiente que se respira difícil..., pero siempre hay gente, como el joven bohemio, que pretenden conseguir sus objetivos cueste lo que cueste, -y lo consigue, ya que lo llegan a hacer crítico de arte por su "sensibilidad"-. Nada pretende mostrar que las personas que destacan no son las que mejores puestos de trabajo tienen, sino aquellas personas que miran la vida desde otro punto de vista, quienes consiguen aceptar la cruda realidad sin llegar a someterse a ella, pese a que parezca una paradoja. Andrea no tiene claros objetivos en la vida, pero la mira de forma diferente a, por ejemplo, Juan. Esa cosmovisión que plantea el libro lo hace, en mi opinión, rico en matices: un libro simple visto superficialmente, se llega a convertir en una verdadera obra maestra si ahondamos en sus detalles.